Connemara's Kylemore Abbey
Ya había otra “Galway Girl” (chica de Galway) mucho antes de que el cantautor estadounidense Steve Earle encontrara a la suya deambulando por las calles de la ciudad.
De hecho, aunque Margaret Vaughan era oriunda del condado de Down, su trágica historia quedará ligada para siempre a Galway, ya que se convirtió en la fuente de inspiración que dio lugar a la iglesia neogótica de la abadía de Kylemore.
Pero nos estamos adelantando a los hechos. Antes de la tragedia, hubo amor.
Abadía de Kylemore, condado de Galway
Año 1852. Mitchell Henry, un próspero hombre de negocios, y su nueva esposa, Margaret Vaughan, están pasando su luna de miel en Connemara. La pareja disfruta de un almuerzo al aire libre en la localidad de Kylemore. Mientras se sientan, Margaret comenta lo bella que es la zona y lo maravilloso que sería vivir allí. Trece años después se completa la construcción de un asombroso castillo que se erigió como lugar de retiro con vistas a las aguas cristalinas del lago Connemara.
Se dice que cada siete años se puede ver emergiendo del lago de la abadía de Kylemore un caballo blanco que desaparece trotando entre la niebla.
¿Sabías que... ?
La palabra suntuosidad se quedó corta para describir la abadía de Kylemore. En su libro Irish Country Houses, Terence Reeves-Smyth describe el castillo como “parecido al de ‘Ciudadano Kane’, con muchas salas de recepción espléndidas, incluyendo un salón de baile con tarima flotante, una escalinata magnífica, una biblioteca, un estudio y 33 dormitorios...” Durante casi diez años, Mitchell, Margaret y sus nueve hijos vivieron aquí en un estado de felicidad absoluta, según todas las versiones.
Abadía de Kylemore, Connemara, condado de Galway
Pero, durante un viaje a Egipto en 1875, Margaret contrajo una fiebre y falleció. Mitchell, afligido, no soportaba pasar demasiado tiempo en Kylemore y lo evitaba siempre que podía. Sin embargo, su corazón roto no le impidió construir un monumento sumamente elegante a su esposa.
“La iglesia neogótica es un edificio especialmente conmovedor enclavado en el impresionante paisaje de montaña, un testimonio perpetuo del amor de Mitchell Henry por su esposa, Margaret”.
Eithne O 'Halloran, abadía de Kylemore
Alguien que conoce muy bien Kylemore es Eithne O'Halloran, ayudante de marketing. Eithne comenta que la iglesia posee unas proporciones sumamente elegantes, con características exclusivamente femeninas, como los personajes femeninos que aparecen en las hermosas vidrieras de colores.
Son pocos los visitantes que conocen la historia de Kylemore y el motivo de su construcción, pero es un relato dramático. Para Mitchell, la abadía de Kylemore (una obra de amor) se convirtió repentinamente en un recuerdo de la mujer que había perdido. Su historia, y la de Kylemore, es una historia de amor a la altura de cualquier exitoso romance de Hollywood.
Aunque, como todo buen escritor sabrá, cada historia debe tener un final. El final de la historia de Mitchell y Margaret llegó cuando él falleció en 1910, uniéndose a su esposa en el pequeño mausoleo junto a la iglesia en Kylemore.
Y ahí siguen. Felices para siempre.
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