El Ancestral Este de Irlanda: una odisea costera
Con inicio en el colorido pueblo de Cobh y final en el animado Bray, encontrarás muchas de las preciosas vistas e historias fascinantes por las que el Ancestral Este de Irlanda es famoso…
En este litoral virgen, pasearás por suaves playas de arena y explorarás islas remotas que inspirarán tus sueños, del mismo modo que inspiraron a viajeros, monjes y visionarios durante siglos.
Día 1
El mar lo es todo en esta parte del mundo. A lo largo de los años ha ofrecido una nueva oportunidad a los emigrantes y aún cuenta con algunas de las mejores especies de marisco del mundo.
Explora el día 1Un viaje fatídico
Cobh, en la actualidad un bonito y ajetreado puerto, fue el punto de partida de casi la mitad de los seis millones de emigrantes que dejaron Irlanda en busca de una nueva vida. La salida más famosa de todas, por supuesto, fue la del Titanic, hacia su fatídico viaje inaugural. Puedes revivir la experiencia de sus esperanzados pasajeros en la Titanic Experience Cobh, que empieza en la taquilla original de White Star, y después descubrir el destino de cada uno de los 123 pasajeros que subieron a bordo en esta última parada.Si dispones de más tiempo, dirige la vista a las estrellas en el castillo de Blackrock del siglo XVI, donde puedes explorar el universo en el observatorio, o mantener los pies en el suelo y escuchar historias de contrabandistas, comerciantes y piratas que frecuentaron estas aguas durante cientos de años.
4 km
A cal y canto
Una breve excursión en barco desde Titanic Experience Cobh hasta el puerto de Cork te llevará a la isla Spike. A lo largo de 1300 años, este lugar desolado ha albergado un monasterio, una fortaleza y una prisión. De hecho, en la década de 1850, la isla Spike contaba con la mayor población penitenciaria de todas las cárceles del mundo. Puedes visitar el fuerte en forma de estrella de 200 años de antigüedad, una experiencia que da que pensar, y descubrir más detalles sobre las duras vidas de aquellas pobres almas presas aquí.
Si dispones de más tiempo, conduce hasta Roches Point en la boca del puerto de Cork. Ha habido un faro aquí, guiando a las embarcaciones a un lugar seguro, durante 200 años. Por desgracia, el primero era demasiado pequeño y tuvo que ser sustituido en 1835, tan solo 18 años después.
36 km
Buena comida
La pintoresca aldea de Ballycotton está situada sobre un saliente rocoso rodeado de playas de arena, perfectas para dar un paseo. Si te apetece una experiencia que suponga un mayor reto, recorre el paseo del acantilado con inicio en la aldea de Ballycotton hasta la playa de Ballyandreen. Tiene ocho kilómetros de longitud y ofrece unas vistas fabulosas. O prueba a ver qué tal se te da la pesca de gran altura. Básicamente, el objetivo del día es abrir el apetito. El pueblo es famoso por sus marisquerías, que sirven la captura del día directamente del mar.Si realmente deseas darte un buen capricho, espera hasta llegar a Shanagarry y la famosa Ballymaloe House, que es también una escuela de cocina. Reserva una habitación en el hotel o simplemente una mesa para almorzar o cenar y disfruta de algunos de los mejores platos de Irlanda.
Día 2
Cientos, incluso miles de años de historia se acumulan en los fascinantes pueblos y aldeas del sureste, que coexisten en armonía con la ajetreada vida del siglo XXI.
Explora el día 2Viaja al pasado
Con un origen que se remonta al menos hasta el siglo VIII, el pueblo de Youghal, en el condado de Cork, es tan antiguo que casi cuesta hacerse a la idea. A mediados del siglo XIV, por ejemplo, Youghal vivió una época de esplendor en la que comerciaba con puertos de toda Europa. Infórmate en el centro de visitantes, luego recorre la antigua muralla de la ciudad y visita la extraordinaria torre del reloj. Tampoco te pierdas la iglesia colegial de Santa María, que no ha dejado de utilizarse desde el siglo XIII.
Si dispones de más tiempo, haz una parada en Ardmore, donde San Declan fundó su monasterio en el siglo V. Aquí encontrarás una impresionante torre circular, además de un oratorio (donde supuestamente Declan fue enterrado) y una catedral con grabados fascinantes y piedras de Ogham.
53 km
Desenterrando el pasado
Resulta difícil de imaginar, pero en 1840, el pueblo de Bunmahon era el corazón de la industria minera del cobre. Lee toda la historia en el centro de visitantes del Geoparque de la Costa del Cobre, en el condado de Waterford, situado en una antigua iglesia junto a la playa. Después recorre la breve distancia carretera arriba para ver los evocadores restos de la industria en Tankardstown. En 1879, los mineros supieron de la existencia de oro en EE. UU. y las minas de cobre se cerraron, permitiendo así que los acantilados y playas volvieran a sumirse en una tranquilidad de ensueño.
Si dispones de más tiempo, no estás lejos de Tramore, el centro del surf del sureste. En los cinco kilómetros de playa con bandera azul, tendrás espacio más que suficiente para cabalgar las olas.
25 km
Aventureros extranjeros
Aunque tienen reputación de saqueadores, los vikingos también eran constructores. Waterford es una famosa ciudad vikinga, fundada en el año 914, aunque recientes hallazgos sugieren la presencia de escandinavos en las proximidades 50 años antes. Recorre la ruta del triángulo vikingo de Waterford, vive la experiencia de realidad virtual King of the Vikings y explora la torre de Reginald del siglo XII, donde encontrarás armas procedentes de una sepultura vikinga y el broche con una cometa de Waterford. Los vikingos sabían lo que hacían: su ciudad prosperó hasta convertirse en un concurrido puerto medieval que comerciaba con toda Europa.
Día 3
Esta costa ha recibido a todo tipo de visitantes, tanto monjes que llegaron a Irlanda en busca de un nuevo hogar como a aquellos que dejaron Irlanda en busca de una nueva vida.
Explora el día 3Viajar con esperanza
Junto a los muelles, en New Ross, se encuentra el barco de la hambruna de Dunbrody, una reconstrucción a escala natural de uno de los barcos del siglo XIX que transportaron a emigrantes desesperados y famélicos lejos de su arruinada existencia y (con suerte) hacia un nuevo comienzo en el Nuevo Mundo. Es una visión escalofriante de las condiciones de hacinamiento en las que viajaron las personas que, asustadas, se acurrucaron y rezaron durante la travesía de 45 días. La exhibición es un homenaje a la fuerza e ingenio de esos viajeros del siglo XIX.
Si dispones de más tiempo, la dinastía irlando-estadounidense de los Kennedy nació en New Ross. Viaja hasta el Kennedy Homestead y descubre más detalles sobre la increíble historia de esta familia de extraordinario talento y gran determinación que llegó a dominar el mundo de la política y la alta sociedad estadounidense.
36 km
Observadores religiosos
Marcando la entrada al puerto de Waterford se encuentra uno de los faros más antiguos del mundo. Los monjes que vivían en esta remota península azotada por el viento estaban deseosos de salvar a las pobres almas que con frecuencia fallecían en estas rocas verdaderamente aterradoras. Los activos hermanos construyeron el faro de Hook Head hace 800 años, y ahí sigue inamovible, aunque los monjes desaparecieron hace tiempo (ahora está automatizado). Mantén los ojos abiertos para no perderte los delfines y ballenas que surcan estas aguas.
Si dispones de más tiempo, visita las ruinas de la abadía de Tintern, construida en 1203 como gesto de agradecimiento después de que su patrocinador sobreviviera a una tormenta. La abadía prosperó durante siglos y partes importantes aún siguen en pie. Incluso fue una residencia familiar hasta la década de 1960.
48 km
Una vida aislada
Desde Kilmore Quay, donde las bonitas casas y el puerto conforman una imagen perfecta de postal antigua, embárcate en el ferry hasta las islas Saltee. Las dos islas forman la mayor reserva ornitológica de Irlanda, aunque también cuenta con habitantes humanos desde el año 3500 a. C. Los primeros ermitaños cristianos y, siglos después, los monjes medievales, fueron atraídos hasta este lugar remoto. Sin embargo, su lejanía de la sociedad normal no solo sedujo a órdenes sagradas. El accidentado pasado de estas islas también incluye historias de contrabandistas, rebeldes y piratas.
Si dispones de más tiempo, Our Lady’s Island, con sus vistas al lago, parece otro mundo. En realidad, no es una isla, pues hay una calzada, pero por su tranquilidad tiene un pasado vinculado con la religión que se remonta a tiempos anteriores a la era cristiana e incluso hoy es un lugar de peregrinaje.
Día 4
El suave paisaje de jardines, bosques y playas es perfecto para los paseos estivales, las salidas en familia y las emocionantes excursiones invernales.
Explora el día 4Estrellato cinematográfico
Los cinéfilos no pueden marcharse sin visitar las playas de Ballinesker y Curracloe, en Wexford, que se usaron para rodar las escenas del desembarco de la película “Salvar al soldado Ryan”. Curracloe, tal como se muestra también en la película “Brooklyn”, es una suave playa, protegida por las dunas, con un bosque y una reserva natural ideal para caminar. Los observadores de aves ya habrán marcado Ballinesker en el mapa, porque forma parte del área de protección natural de Wexford Slobs and Harbour y a los buscadores de conchas les encantará la variedad de tesoros que encontrarán en la fina arena.
20 km
Un aire de elegancia
Descubre cómo la otra parte de la población vive (o solía vivir) con una excursión a la mansión y los jardines de Wells. La casa lleva en este lugar 400 años, pero se realizó una reforma completa en el siglo XIX, gracias a una ingente cantidad de dinero y un fabuloso arquitecto, Daniel Robertson, que transformó la mansión y los jardines en el pintoresco paraíso que son hoy en día. Sin duda, Robertson era ambicioso, pues también diseñó los jardines en Powerscourt.
Si dispones de más tiempo, visita Kilmichael Point, al sur de Arklow, en el condado de Wicklow. Su paisaje escarpado no es habitual en esta costa repleta de calas de arena. Ten cuidado con los acantilados, porque pueden ser peligrosos.
51 km
Recuerdos vacacionales
Si te preguntas adónde van los irlandeses de vacaciones, ¡bienvenido a la bahía de Brittas de Wicklow! Este concurrido lugar forma parte de los recuerdos de generaciones de irlandeses que han pasado sus vacaciones de verano aquí. Y no es de extrañar, porque es precioso, con más de tres kilómetros de limpia arena blanca protegida por dunas que descienden suavemente hasta las serenas aguas. Es perfecto para los más pequeños y además ofrece la suficiente profundidad mar adentro para los nadadores más seguros de sí mismos. Camina, navega, nada o simplemente siéntate al sol y relájate.
Si dispones de más tiempo, el Museo Marítimo e Histórico de Arklow es un lugar fantástico para pasar una o dos horas. Descubre las tradiciones sobre la construcción de barcos y la pesca locales (hay algunas embarcaciones bellamente restauradas), y algunas supersticiones muy peculiares.
Día 5
Si no hace un día adecuado para pasear por la playa, tienes muchas cosas para ver y hacer que te mantendrán un poco más a cubierto.
Explora el día 5Entre rejas
En el pasado, el enorme bloque de la cárcel de Wicklow atenazaba de miedo los corazones de los visitantes. Ahora ofrece una perspectiva fascinante de la historia de Irlanda que se remonta a 1702, cuando se inauguró. En realidad, los muros de granito actuales se construyeron a mediados del siglo XIX después de que se reforzara la estructura. Descubre qué rebeldes políticos estuvieron presos aquí, junto con las personas corrientes a quienes la miseria obligó a delinquir. Los guías son actores que representan personajes para ayudar a que la lúgubre historia de la cárcel cobre vida.
Si dispones de más tiempo, deshazte del frío de la cárcel con un paseo por los jardines de Mount Usher. Se crearon en el siglo XIX, pero su diseño no tiene nada que ver con las encorsetadas modas de la época. Son más bonitos, agrestes y relajados, y también albergan una maravillosa cafetería.
30 km
Maravillas acuáticas
Profundiza aún más en tu exploración del mar con una visita al Centro Nacional de Vida Marina en Bray. Las pasarelas de cristal te guiarán a través de los acuarios, donde puedes observar de cerca una vida marina magnífica (y verdaderamente extraña), como las rayas que siempre parecen sonrientes. Echa un vistazo a las criaturas venenosas y descubre cómo los programas del Centro Nacional de Vida Marina ayudan a conservar y proteger la vida de los océanos.
Si dispones de más tiempo, deléitate la vista con el extraordinario estilo isabelino de la mansión y los jardines de Killruddery. La casa es una reproducción del siglo XIX y solo está permitido visitarla en verano, pero los jardines, con la distribución del siglo XVII intacta, son magníficos y están abiertos todo el año.