Dublín: sobre el agua
Los dublineses son tipos duros a la hora de meterse en el agua, ya que no solo nadan en verano, sino durante todo el año. Darse un chapuzón es un pasatiempo muy vinculado a la comunidad, la tradición y al amor por el mar. La playa de Velvet Strand, en Portmarnock, es uno de esos lugares con bañistas los 365 días del año. La diversión está asegurada, ¡aunque solo vayas a mirar!
Si no te apetece enfrentarte a las frías aguas del condado de Dublín, no te preocupes, hay muchas más formas de conectar con el mar. Howth y Malahide son pueblos de mucho atractivo para la pesca con gran cantidad de mújoles, platijas, bacalaos, pescadillas, caballas y rayas. Puede que incluso alguna foca te eche una mano. Prueba a pescar en los muelles, las calas o el litoral rocoso, o alquila una embarcación en Dublin Fishing Charters para hacerlo en alta mar. Normalmente, es posible alquilar cañas de pescar y aparejo allí mismo.
Si prefieres una descarga de adrenalina, acércate a la playa de Dollymount en la isla de Bull. Quienes practican el kitesurfing han hecho suya esta playa poco profunda y abierta. También son muy populares el Stand-up paddle (SUP) y el kayak: ¡La verdad es que te ofrecen una perspectiva muy diferente de la ciudad! Los novatos de los deportes acuáticos deben acercarse a la cuenca del Grand Canal, resguardada y de aguas tranquilas, donde los experimentados monitores de Surfdock les equiparán y les guiarán en una odisea urbana a través de cualquier medio acuático posible.
Pesca y visita a Lambay
Visita la isla Lambay con la excursión «Fish and Trips», que zarpa de Malahide, ¡y no te olvides de saludar a las focas y delfines que encontrarás!
En Sandymount, todo depende de las mareas. Si vienes cuando la marea está baja, creerás que la playa se extiende hasta el horizonte. Con marea alta, las suaves olas chocan contra el muro y ofrecen un precioso tono verde en el agua. Este lugar quedó inmortalizado en el «Ulises» de James Joyce y es la primera gran extensión de mar que verás al salir de Dublín en el DART.
Más al sur de la costa, el puerto de Dún Laoghaire nos muestra lo conectada que está la ciudad con el agua: aquí abundan los veleros y tienen su sede al menos tres clubes de vela. Tanto niños como adultos visitan esta ciudad con sus chalecos salvavidas para distinguir babor de estribor en yates, lanchas neumáticas y botes. Si todo esto te parece demasiado duro, ¿por qué no haces un crucero desde aquí hasta Howth con Dublin Bay Cruises?
Vista aérea del muelle de Dún Laoghaire, condado de Dublín. ⒸShutterstock
Cuanto más al sur vayas, más bañistas verás en el mar. Los robustos dublineses acuden a la histórica zona de baño de Forty Foot, donde se forman colas para darse el tradicional baño del día de Navidad. Literalmente a la vuelta de la esquina, y dominada por la Torre Martello de James Joyce, se encuentra la localidad de Sandycove, más protegida y con una pequeña playa de arena.
A continuación encontrarás Dalkey, un pueblo famoso por sus célebres habitantes, entre ellos el director de cine Neil Jordan, un asiduo en las playas de la zona. La corriente aquí puede ser fuerte, por lo que no recomendamos nadar, pero sí la práctica guiada de kayak y las excursiones en barco, sobre todo a la isla de Dalkey. Los aficionados al submarinismo también podrán disfrutar de estas aguas, ya que son un lugar popular para sumergirse bajo las olas. Puede que incluso te encuentres barcos naufragados que han sucumbido a las aguas que bañan la isla de Dalkey y The Muglins, una zona rocosa al este.
Nuestra última parada costera es la bahía de Killiney, con vistas que llegan a Bray Head y una costa que suele compararse a la bahía de Nápoles. La playa es larga y rocosa, da sensación de espacio y tiene un acceso junto a la estación del Dart de Killiney. A lo largo de la cercana Vico Road podrás visitar lugares secretos para nadar como White Rock y Vico Bathing Place, con su espectacular ubicación.
Confía en nosotros, puede que haga un poco de frío, pero te sentirás genial cuando te bañes.