Pubs literarios de Dublín
La paz es un estado mental esquivo. Aparte de la bañera de mi casa, el pub es uno de mis lugares favoritos para encontrar consuelo. Sé que suena raro decir que voy al pub a encontrar paz.
Pero cuando recuerdo décadas pasadas, me doy cuenta de que pasé algunos de mis momentos de mayor tranquilidad en pubs irlandeses, junto a una pinta de Guinness o una copa de whiskey irlandés, bolígrafo en mano, escribiendo cualquier historia que se me ocurriese.
El pub y el bolígrafo siempre han ido de la mano, especialmente en Dublín. La palabra escrita, la ficción creativa y la literatura son una parte importante del ADN de Dublín.
Por eso la ciudad es tan célebre por sus dramaturgos, poetas y autores, desde Jonathan Swift hasta Oscar Wilde y Sally Rooney.
Biblioteca Long Room, Trinity College Dublin © Tourism Ireland
Supongo que el amor irlandés por la ficción tiene sus orígenes en los primeros monjes cristianos que inventaron historias mágicas, como los viajes de San Brandán por el océano Atlántico, o los escribas e iluminadores que colaboraron en obras increíblemente hermosas como el Libro de Kells, un precioso manuscrito del siglo IX conservado en el Trinity College de Dublín.
Para hacerte una idea del profundo vínculo de Dublín con la palabra escrita, solo tienes que visitar la biblioteca Old Library del Trinity, cerrar los ojos y respirar el aroma a humedad de sus 200.000 libros antiguos. Desde 1801, esta universidad tiene derecho por ley a conservar una copia gratuita de cada libro publicado en Irlanda o el Reino Unido.
Tendrás la misma sensación si visitas la maravillosa biblioteca Narcissus Marsh, cercana a la catedral de San Patricio, o la biblioteca Edward Worth, junto a la cárcel de Kilmainham.
Exposición del Libro de Kells, Trinity College Dublin
Por eso Dublín es Ciudad de la Literatura de la UNESCO y cuenta con un festival anual del libro y un día festivo extraoficial dedicado a la literatura que se celebra cada 16 de junio y es conocido como Bloomsday, en honor a la aclamada novela de James Joyce, «Ulises», publicada hace más de 100 años.
Por eso tres de los puentes que cruzan el río Liffey llevan el nombre de escritores: Joyce, Sean O'Casey y Samuel Beckett.
Por eso cuenta con más de 40 editoriales; por eso el Ayuntamiento de Dublín concede uno de los premios literarios más cuantiosos del mundo (el Premio Literario Dublín, con un valor de 100.000€); y por eso fue el hogar de los cuatro ganadores del Premio Nobel de Literatura nacidos en la isla de Irlanda: Beckett, George Bernard Shaw, William Butler Yeats y Seamus Heaney, que vivió en Sandymount.
Dublín lleva siglos siendo famosa por sus escritores. La entrada principal al Trinity College está flanqueada por estatuas de dos antiguos estudiantes que se convirtieron en iconos literarios en el siglo XVIII: Edmund Burke, defensor de la Ilustración, y Oliver Goldsmith, genio de la poesía, la novela y el teatro.
Goldsmith no fue un estudiante modelo, sino un entusiasta de las tabernas. Antes de suspender, pasó sus días de universidad aprendiendo a beber, vestir con elegancia, cantar canciones irlandesas, jugar a las cartas y dominar la flauta.
Solía frecuentar The Reindeer, cerca del actual Four Courts en Inns Quay. Cuando se quedaba sin fondos para pagar las copas, escribía una balada para que los «cantantes callejeros» la cantaran en el pub y así recaudar el dinero necesario.
The Brazen Head, Lower Bridge Street
The Reindeer no es más que uno de los alrededor de 750 pubs que hay en Dublín actualmente, muchos de los cuales te conectarán con el maravilloso mundo de los escritores irlandeses.
The Brazen Head afirma ser el pub más antiguo de Dublín y originalmente fue un albergue junto a las puertas de la ciudad para quienes deseaban entrar en ella al día siguiente. Entre sus clientes estaba Jonathan Swift, autor de «Los viajes de Gulliver», que era muy peculiar con la cerveza. Escribió bajo el seudónimo de Geoffery Jinglestaff y se lamentaba de que en los pubs del Dublín de 1736 exisitiese la moda pasajera de beber cerveza negra Porter elaborada en Londres, declarándola no apta para «cualquier criatura por encima de un cerdo».
Veinte años después, el excéntrico novelista Thomas Amory recordó «muchas noches felices» que pasó en un «pequeño y encantador bar» conocido como Conniving House y situado cerca del actual Sandymount Green. Sus compañeros fueron «el famoso Larry Grogan, que tocaba la gaita muy bien [y] el querido Jack Lattin, un virtuoso del violín … La cerveza aquí siempre era extraordinaria y todo era estupendo».
Una placa en el exterior del Bleeding Horse en Camden Street rinde homenaje al escritor de terror Sheridan Le Fanu, que ambientó parte de su novela de 1845 «El gallo y el ancla» en el pub. Su novela gótica «Carmilla» es una de las primeras obras de ficción vampírica e inspiró al dublinés Bram Stoker para escribir «Drácula», la obra mundialmente famosa que define el género. Stoker, cuyo espíritu perdura gracias al Festival de Bram Stoker que se celebra en Dublín cada Halloween, también bebió algunas pintas en Toner’s, en Baggot Street.
No hay cotilleos literarios más jugosos que los del día en que Bram Stoker se casó con la exnovia de Oscar Wilde en la iglesia de Santa Ana, en Dawson Street. Wilde, posiblemente el dublinés más extravagante, describió el trabajo como «la maldición de las clases bebedoras».
Creció en el número 1 de Merrion Square y se dice que era cliente del cercano Kennedy’s de Westland Row, donde un mural destaca los numerosos vínculos literarios del pub, entre los que está Joyce, que una vez representó en Zúrich la obra de teatro de Wilde «La importancia de llamarse Ernesto».
Julianne Mooeny Siron, biblioteca Marsh
«Los pubs de Dublín siempre fueron lugares igualitarios y abiertos a todos», afirma Julianne Mooney Siron, directora del Festival del Libro de Dublín. «Muchos de los pubs frecuentados por escritores siguen conservando esa sensación de los viejos tiempos. Es fácil imaginar a Joyce, Wilde y otros sentados mientras comentaban sus obras viendo la vida pasar en busca de inspiración para sus poemas e historias».
Kennedy’s está al este del Finn's Hotel (ahora cerrado), donde Nora Barnacle, la futura esposa de Joyce, trabajó limpiando habitaciones. Nuala O'Connor llevó sus vidas a la ficción en «Nora: A Love Story of Nora Barnacle and James Joyce». Este libro es la selección de 2022 para One Dublin One Book, una aclamada iniciativa dirigida por la oficina de la Ciudad de la Literatura de la UNESCO en Dublín.
«Ulises» expuesto en Davy Byrnes, Duke Street
En 1922, el dublinés James Joyce publicó «Ulises», la influyente obra de la literatura irlandesa del siglo XX en la que seguimos a Leopold Bloom, un judío normal, mientras recorre Dublín el 16 de junio de 1904. «Un buen rompecabezas sería cruzar Dublín sin pasar frente a una barra», comenta Bloom.
Como observa Christopher Morash, el profesor de Escritura Irlandesa de Seamus Heaney en el Trinity College de Dublín: «Se necesitaron casi 90 años (y la ayuda de un ordenador) antes de que alguien resolviera ese rompecabezas».
Cuadro de James Joyce en Kehoe's
Las obras de Joyce estaban profundamente entrelazadas con los pubs de Dublín. Mientras bebía, escuchaba el lenguaje y las bromas, los matices, el acento, el ingenio de cada historia narrada, y de algún modo guardó esas conversaciones para reencarnarlas en futuras novelas. El lenguaje fragmentado de su diálogo, interno y externo, suena literalmente como lo que oirías si pasaras por un abarrotado pub y procesaras extractos de todas las conversaciones mantenidas a tu alrededor.
«No es casualidad que Joyce ambientase su última novela, “Finnegan’s Wake”, en un pub», añade el Profesor Morash. Puede que a los pocos valientes que han acabado la novela les interese visitar Chapelizod, al oeste del centro de la ciudad, para entrar en Mullingar House, un pub que reivindica con firmeza ser el de la novela.
Davy Byrnes, Duke Street
El principal pub para los amantes de Joyce es Davy Byrnes, en Duke Street, donde el propietario homónimo, «en mangas de camisa dobladas», sirvió a Bloom un sándwich de queso gorgonzola y una copa de Borgoña. Este colorido pub había sido un lugar frecuentado por los literatos desde el Renacimiento gaélico. También aparece en la trilogía de Edna O’Brien, «Las chicas de campo», cuando las protagonistas Baba y Kate entran para compartir una copa de Pernod.
Interior de Davy Byrnes, Duke Street
Joyce abandonó Irlanda en 1904, pero siempre llevó su tierra natal en el corazón. Posteriormente, incluso propuso a Guinness que sustituyera su eslogan «Guinness is Good for You» por el suyo: «Guinness - the free, the flow, the frothy freshener!». Pero no pegó.
El principal investigador de Joyce cuando escribió «Finnegan’s Wake» fue el dublinés Samuel Beckett, que ganaría el Premio Nobel de Literatura en 1969. Su amistad se esfumó después de que Beckett rechazara las insinuaciones de la hija de Joyce, Lucia.
Beckett era cauteloso con la «indiscreción y los asuntos espinosos» de los pubs de Dublín, pero también se dice que visitaba Kennedy’s, en Westland Row, mientras estudiaba Literatura en el Trinity College en los años 20.
Toner’s, Baggot's Street
El poeta W. B. Yeats, que ganó su Nobel en 1923, también era reacio a los pubs, pero Oliver St. John Gogarty consiguió que entrara en Toner’s, en Baggot Street, al menos una vez. Si vas en busca de Yeats, el restaurante Winding Stair, en Ormond Quay, toma su nombre de uno de sus poemas y ofrece magníficas vistas del río Liffey.
En 1925, el Nobel de Literatura fue para otro dublinés, el dramaturgo George Bernard Shaw, autor de «Pigmalión». La última residencia de Shaw en Dublín, en Harcourt Street, se ha incorporado al Harcourt Hotel, que alberga el animado D Two Bar.
La mayoría de los líderes del Alzamiento de Pascua de 1916 fueron poetas y escritores, lo que no impidió que el Gobierno irlandés promulgara la Ley de Censura de Publicaciones de 1929, que daba al Estado el derecho de prohibir cualquier escrito considerado obsceno o indecente. Dicha legislación se vio impulsada por el deseo de la jerarquía católica de tener «una simple medida de higiene moral» tras «una verdadera avalancha de basura jamás superada».
Frustrados por la incapacidad de publicar sus obras, varios escritores abandonaron Irlanda en los años 30, entre ellos Beckett y Liam O'Flaherty, cuya novela «El delator» se convertiría en un thriller oscarizado de Hollywood dirigido por John Ford.
Mulligan’s, Poolbeg Street
Entretanto, otros escritores, editores y periodistas empezaron a reunirse en los pubs que rodean las sedes de los principales periódicos de Dublín.
Pubs de ambiente tosco a la antigua usanza y que aún existen, como The Palace Bar, en Fleet Street, y Mulligan’s, en Poolbeg Street, se convirtieron en vibrantes centros de disidencia clandestina para una nueva generación de almas creativas (predominantemente hombres, ya que las mujeres tenían prohibido entrar).
Encontraron su musa entre el humo y el serrín, los suelos salpicados de escupitajos y las paredes manchadas de tabaco, los muebles rudimentarios, los chupitos de whiskey y la pinta de cerveza.
Como recordó con cariño Kevin Lehane, corresponsal de The Irish Times: «Se podía escuchar a Patrick Kavanagh conversando en McDaid's, en Harry Street, sobre temas esotéricos como el boxeo profesional, la belleza de Ginger Rogers o el estado precario del fútbol gaélico en el Úlster.
Se podía escuchar a Flann O'Brien en Neary's o en Scotch House hablando sobre cualquier tema conocido por el hombre … Se podía escuchar a Brendan Behan en todas partes».
Lehane también observó que esos hombres consideraban que cada pinta era algo «que debía contemplarse y beberse».
The Shelbourne Hotel, St Stephen's Green
El Shelbourne Hotel era un enclave más lujoso y también aparece en «Ulises». Este hotel de 5 estrellas ha albergado a estrellas como Rudyard Kipling, Charlie Chaplin, Julia Roberts y Seamus Heaney.
Su historia fue escrita por la autora dublinesa Elizabeth Bowen, mientras que el Horseshoe Bar del hotel es el escenario en el que una bibliotecaria envejecida espera a que aparezca un destacado poeta de Irlanda en la breve historia «Send My Roots Rain» que Edna O'Brien escribió en 2011.
El pub favorito de Kavanagh era The Palace Bar, que consideró «el templo de arte más maravilloso, donde se escucha hablar de poesía». Uno de sus compañeros más fieles en The Palace era Brian O'Nolan, un formidable escritor de sátiras que escribió bajo los seudónimos de Flann O’Brien y Myles na gCopaleen.
Otro lugar favorito de Kavanagh era Waterloo, en Baggot Street, una parte de la ciudad inmortalizada por el poeta y situada a medio camino entre su estatua sentada junto al Gran Canal y Raglan Road, el escenario del que probablemente es su poema más famoso.
Grogan's (el Castle Lounge), South William Street
Flann O’Brien ambientó una de las partes más divertidas de su obra maestra de metaficción, «En Nadar-dos-pájaros», en Grogan’s, en South William Street, donde tres hombres experimentan una «sensación de bienestar físico y mental» al «poner vasos de cerveza negra en el interior de [sus] cuerpos».
En realidad, había muchos pubs en Dublín que podían afirmar con razón que Kavanagh y O’Brien eran «destacados clientes», junto con otros tragadores de pintas como Anthony Cronin, J. P. Donleavy y Brendan Behan.
Simon O'Connor, director del MoLI, St Stephen’s Green
Behan fue el más alcohólico de todos. En su obra «Interviews and Recollections» aparece la palabra «pub» 88 veces. En una ocasión dijo: «Me gustan los pubs porque me gusta la gente». Y en otra afirmó: «Soy un bebedor con un problema de escritura».
Behan, cuyas obras más famosas incluyen «Delincuente juvenil» y «The Quare Fellow», era pintor de brocha gorda de profesión. A principios de los 60, se ofreció para pintar un nuevo letrero en The Cat and Cage, en Drumcondra, que también había sido frecuentado por Sean O'Casey. Behan y su compañero lo hicieron tan mal que el propietario solo les pagó la mitad, aunque finalmente les pagó la otra mitad en alcohol.
Dicho esto, Simon O’Connor, director del Museo de Literatura de Irlanda (MoLI), en St Stephen’s Green, destaca que «no debemos permitir que el pasado alcohólico de nuestros artistas ensombrezca su maravilloso arte. Brehan era un borracho divertidísimo y la bebida le mató, apagando un increíble talento artístico mucho antes de su apogeo».
Behan, Kavanagh y compañía visitaban algunos pubs más que otros. Davy Byrnes ocupaba un lugar destacado en la lista. También solían frecuentar Neary’s (Chatham Street), Kehoe’s (South Anne Street) y The International (Wicklow Street). Sin embargo, su meca literaria fue McDaid’s, un pub estrecho y de techos altos en Harry Street.
La caja registradora de McDaid’s puso la quinta cuando el bohemio dublinés John Ryan (fundador de Bloomsday con Flann O'Brien) creó una efímera revista literaria llamada Envoy en la cercana Grafton Street. Contaba con la colaboración de Kavanagh, O’Brien, Donleavy, Behan e incluso Beckett, caballeros que se reunían todos los días en McDaid's a la hora del almuerzo para tratar sus asuntos en un entorno más acogedor durante el resto del día.
The Long Hall, South Great George’s Street
«McDaid's no fue meramente un pub literario», recordaba Cronin. «Su punto fuerte siempre era la variedad: de talento, clase, casta y patrimonio. Las divisiones entre escritor y no escritor, bohemio y artista, confidente y revolucionario, hombre y mujer, nunca se aplicaron rigurosamente».
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Otro pub que Behan conocía bien era The Long Hall, en South Great George’s Street, que se encontraba frente a Dockrells, la ferretería donde trabajaba su padre. Aquí fue donde la leyenda del rock de Dublín, Phil Lynott, ahogaba sus penas con una cerveza negra durante el rodaje del vídeo de «Old Town», de Thin Lizzy.
En la pared hay un breve poema de Frank Holt titulado «In Praise of Guinness»:
«En Dublín hay una belleza sin igual.
Se elabora en St. James’s y después se traga».
Los escritores de Dublín encontraron un nuevo enclave cuando el mismísimo John Ryan se hizo cargo de The Bailey, en Duke Street. Ryan afirmó haber comprado accidentalmente el pub en una subasta cuando fue a comprar un hervidor de agua. Instaló en el pub la puerta de entrada original de 7 Eccles Street, hogar de Leopold y Molly Bloom en el «Ulises» de Joyce.
Otro escritor que bebía junto a Behan y O'Brien fue el irlandés de origen estadounidense J. P. Donleavy, cuyo controvertido clásico de 1955, «El hombre de mazapán», ha vendido más de 45 millones de copias y nunca se ha dejado de imprimir.
El libro, que dio nombre al pub The Ginger Man, en Fenian Street, cerca de Merrion Square, sigue las hazañas de Sebastian Dangerfield, un estudiante misógino y holgazán que visita, entre otros pubs, Mulligans, Toner’s, The Bleeding Horse y Finnegan’s, en Dalkey.
Miembros de la próxima generación como Seamus Heaney, Paul Muldoon, Derek Mahon y Michael Longley, poetas colmados de galardones que dirigieron el renacimiento del Úlster en los años 60, solían reunirse en el bar de cócteles de O’Neill’s, en Suffolk Street, durante su época de estudiantes en el Trinity. También estuvo presente el carismático Brendan Kennelly, profesor de Literatura Moderna (posteriormente emérito) en el Trinity College.
El atractivo del pub siempre ha sido contagioso para las mentes escritoras. Hugo Jellett, director del Festival de Escritura e Ideas, trabajó con Lilliput Press y O’Brien Press durante los años 90.
«Siendo veinteañero, frecuentaba reductos literarios como Kehoe’s, Hartigan’s y Bowe’s. Me quedé atrapado para siempre entre los aspavientos de Flann O’Brien, el fantasma de Behan y la aparición de Colm Tóibín, John Banville, Anne Enright, Sebastian Barry y Roddy Doyle».
«Quería ser abogado o algo útil, pero acabé organizando un festival literario. Dublín te lleva a eso. Llega a poseer tu esencia literaria». «Los pubs forman una parte tan importante de la ciudad que es casi imposible identificar una sola cosa que haya significado para sus escritores a lo largo de los años», añade Morash. «Kavanagh comentó en una ocasión que “un poeta necesita público” y, para algunos, los pubs han sido un escenario, mientras que para otros han sido un lugar tranquilo donde conocer a otros escritores».
«También ha habido escritores para los que los pubs de Dublín simplemente han ofrecido un entorno donde cualquiera podía aparecer».
Es factible que «Two Pints», una novela corta en constante evolución y obra de teatro sobre dos hombres escrita por Roddy Doyle, esté ambientada en cualquier pub, mientras que algunas escenas de la fabulosa versión cinematográfica de su libro «The Commitments» se rodaron en The Camden, en Lower Camden Street.
El Pub Blackbird, en Rathmines Road Lower, se convierte en la guarida estudiantil donde Marianne, Connell y sus amigos juegan al billar y beben pintas en la serie de televisión de Sally Rooney «Normal People», ganadora del premio Costa Book de 2018.
En la novela de Belinda McKeon «Tender», la protagonista lleva a cabo una entrevista fabulosamente sobrecogedora en el apreciado Library Bar del Central Hotel en Exchequer Street.
Ayuntamiento, Dame Street
La ciudad está repleta de conexiones literarias. Arthur Conan Doyle, creador de Sherlock Holmes y de familia irlandesa, es homenajeado en Doyle’s Corner, la intersección entre Phibsborough Road y North Circular Road al norte del río.
La cercana Blessington Street es el lugar de nacimiento de Dame Iris Murdoch, la primera escritora irlandesa en ganar el premio Booker (por «El mar, El mar» en 1978). Varias escenas de la aclamada novela «Tatty» de Christine Dwyer Hickey, la selección de One Dublin One Book de 2020, están ambientadas en Myos, en Castleknock.
Colm Quilligan inició la galardonada Ruta de pubs literia de Dublín en 1988. Desde entonces, 750.000 personas se han embarcado en esta odisea de dos horas y media.
Colm Quilligan actuando en The Duke, Duke Street
«Nos centramos en Joyce, Wilde, Beckett y Yeats», comenta, «pero es algo más que un “Club de los poetas muertos”. Vamos adonde van los escritores contemporáneos y contamos historias sobre autores actuales. The Duke, donde empezamos, está a la vuelta de la esquina de Hodges & Figgis, la emblemática librería de Dublín. Ahí es donde autores como Anne Enright, Roddy Doyle y John Boyne suelen presentar sus libros y el balance de esos lanzamientos se organiza inevitablemente en The Duke».
Si ves a alguien leyendo en el pub, quizá sea Simon O’Connor, director del MoLI, que comenta: «A menudo la gente olvida que los pubs son lugares fantásticos para leer, sobre todo durante el día si puedes encontrar uno sin música ni deportes en la televisión. Siempre recuerdo la tarde que acabé una colección de Edna O'Brien tomando una pinta de cerveza negra, con las campanas de San Patricio repicando al leer los últimos párrafos y sintiendo que había muerto y ascendido al cielo».
The Duke, Duke Street
Ruta de pubs literaria de Dublín
Una oportunidad fabulosa de visitar algunos de los pubs mencionados en este artículo y de aprender las conexiones literarias. Los actores de la Ruta de pubs literaria de Dublín interpretan fragmentos de diversas obras mientras acompañan a los visitantes de bar a bar, añadiendo detalles biográficos de los escritores a lo largo de este recorrido educativo en el que el humor es la clave. Empieza todas las tardes a las 19:30 (el horario de verano se inicia el 1 de abril) en The Duke, en Duke Street.
Ruta de pubs de James Joyce
John Geraghty y Luigsech Bennett organizan la Ruta de pubs de James Joyce y llevan a grupos privados, previa reserva, a un puñado de pubs asociados con Joyce, dependiendo del día de la semana y de lo concurridos que esperan que estén en un día concreto. «Se trata de una historia parcial de la relación de Joyce con los pubs de Dublín», comenta John, «y, sobre todo, de disfrutar de los pubs».
Festival del Libro de Dublín © Tourism Ireland
Lejos del pub
Festival Internacional de Literatura de Dublín
Se celebra cada mayo en varios lugares de la ciudad; ilfdublin.com
Bloomsday
Un homenaje anual de la vida y obra de James Joyce que tiene lugar cada 16 de junio; bloomsdayfestival.ie
Festival del Libro de Dalkey
Los autores irlandeses e internacionales acuden al bonito pueblo de Dalkey para celebrar este animado festival anual en junio; dalkeybookfestival.org
Festival del Libro de Dublín
Se celebra cada noviembre en diferentes lugares de Dublín y en Internet; dublinbookfestival.com
Lugares literarios populares de Dublín
Otros lugares clave para los amantes de la literatura son la Biblioteca Nacional de Irlanda y el Museo de Literatura de Irlanda (MoLI), en St Stephen’s Green.