Nueve lugares secretos de Irlanda con bellos entornos

Tanto si te sientes naturalmente atraído por las carreteras menos transitadas como si simplemente te encanta la idea de resolver enigmas mientas descubres nuevos lugares, Irlanda cuenta con infinidad de sitios misteriosos y apartados donde solo los viajeros decididos y curiosos se han aventurado.

En tu próxima visita, explora estos lugares secretos de Irlanda y descubre sus fascinantes historias mientras siguen siendo desconocidos para todos, salvo para algunos visitantes intrépidos.

Si te desvías un poco de la costa de Antrim encontrarás esta ensordecedora cascada de nueve metros que la mayoría de quienes visitan esta espectacular parte del litoral de Irlanda del Norte suelen pasar por alto. El pueblo de Glenoe está a 10 minutos a pie de las cascadas, en una empinada carretera montañosa flanqueada por casas históricas encaladas. Además, hay aparcamiento in situ.

Los terrenos pertenecen a la fundación National Trust, por lo que están bien conservados y hay vallas, letreros y senderos con miradores a diferentes niveles. El entorno del glen, con sus cascadas y exuberante bosque, se capta mejor desde el puente. Deja el audio encendido para que Instagram haga su magia.

Este remoto lugar podría sacarse directamente de un set de rodaje intergaláctico y, pese a su glorioso telón de fondo, sigue siendo desconocido para la mayoría de los guías turísticos y visitantes de las espectaculares penínsulas del condado de Cork. La naturaleza casi ha absorbido las viviendas, abandonadas ya hace mucho tiempo, lo que recuerda a la arquitectura rupestre del centro de Turquía.

Un resistente faro blanco se asoma en lo alto mientras un enorme agujero o arco marino, conocido en la zona como «la entrada al inframundo», permite que las embarcaciones atraviesen esta isla rocosa. Por supuesto, un lugar tan espectacular como este no sería un secreto si tuviese un acceso sencillo. Se encuentra en la isla de Dursey y es el punto más meridional de la península de Beara en la Ruta Costera del Atlántico. Dursey Boat Trips ofrece viajes en ferry desde el muelle de Garnish, en Glengarriff.

Unida a tierra firme por dos puentes, esta pequeña isla situada en el extremo norte de la parte inferior de Lough Erne, en la exuberante región de los lagos de Fermanagh, oculta un extraño secreto que no tiene nada que ver con las serpientes. Pocos visitantes siguen los letreros descoloridos junto a la carretera que conducen hasta el enorme cementerio de Caldragh, donde seguro que el espíritu del druida de Irlanda está esperando junto a los helechos y el avellano.

Aquí, dos estatuas de piedra con caras en forma de corazón permanecen unidas a unos metros de altura y miran impasiblemente el entorno cubierto de musgo. Los orígenes de estas antiguas deidades, una con dos cabezas conocida como Babhbha (o Boa, en la versión inglesa) y el cómplice, Lusty Man, con influencias nórdicas, están envueltos en misterio.

El 15 de junio de 1919, los pilotos pioneros John Alcock y Arthur Whitten Brown se aproximaron a la costa oeste de Irlanda cuando las condiciones de vuelo empeoraron, poco antes de que su Vickers Vimy aterrizase de emergencia en un pantano de Connemara. A pesar de la indigna llegada, con el morro del avión clavado en la tierra y la cola hacia arriba, ambos se habían asegurado un lugar en los libros de historia al recorrer el océano Atlántico en el primer vuelo transatlántico sin escalas de EE. UU a Europa.

El aislado lugar está marcado con varios monumentos, incluida un ala de avión, y forma parte de la ruta circular del pantano de Derrigimlagh, una caminata de 5 km alrededor del impresionante paisaje del Parque Nacional de Connemara. Aquí también se encuentra la famosa estación inalámbrica de Marconi precursora del telegrama. Ambos monumentos tienen «historioscopos» que permiten a los visitantes ver puntos clave como lo habrían hecho a principios del siglo XX.

Loop Head es una remota península azotada por el viento y situada al oeste de Kilkee, un destino de playa victoriano. La zona tuvo su momento de notoriedad cuando apareció en «Star Wars: Los últimos Jedi» (2013), pero aún son pocos los que se aventuran en su hermosa y solitaria costa. Durante el siglo XIX, el padre Michael Meehan llegó a Loop Head para despertar una fuerza en la comunidad local.

En ese momento, las leyes penales prohibían los sacramentos católicos en una iglesia. En 1852 se cansó de la situación y encargó la construcción de un arca móvil para dar misa. A pesar de la oposición de un terrateniente, los habitantes apoyaron al sacerdote, que consiguió finalmente que se levantra una iglesia para sus feligreses. Tanto el padre Meehan como su arca siguen siendo recordados y se pueden visitar en la iglesia de la Estrella del Mar, en Kilbaha, Loop Head.

El castillo de Huntington, una fortificación del siglo XVII que generaciones de la misma familia convirtieron originalmente en una pintoresca mansión laberíntica, podría tener la mazmorra más incongruente de Irlanda, e incluso de toda Europa. Lo que en su día fue una cámara acorazada subterránea, es ahora un lugar de culto de la diosa egipcia Isis. Desde la década de 1970, la mazmorra tiene un altar principal dedicado a la divinidad, mientras que los otros representan signos del zodiaco en tonos caleidoscópicos de turquesa y morado intenso.

En la bodega se encuentra el pozo sagrado de Santa Brígida, mientras que la planta superior tiene sus propias cualidades únicas, como una sala de tapices y una antigua vid que, según se dice, fue un regalo de Ana Bolena. Podrás descubrirlo todo en una fascinante visita guiada por la propiedad con el actual dueño, Alex Durdin Robertston.

Seguir el apacible sendero desde el magnífico pueblo amurallado de Cahir, con su impresionante castillo medieval, hasta el tranquilo entorno ribereño de Swiss Cottage es como pasar de un cuento de hadas a otro en 30 minutos. Esta casa con estructura de madera y detalles intrincados es básicamente una extravagancia, o «cottage orné», un capricho de principios del siglo XIX de un conde de la zona y su esposa a los que de vez en cuando se les antojaba cambiar su gran mansión por un lugar más pequeño para celebrar fiestas o hacer deporte.

Pero las características son impresionantes, como la escalera de caracol, el suelo de telaraña o el papel pintado con un diseño detallado. Si realmente deseas descubrir un secreto, fíjate en la talla de piedra de un gato con dos colas situada sobre la puerta que lleva al túnel subterráneo oculto. Es la marca de Gobán Saor, un legendario picapedrero irlandés.

Situado en el lugar menos frecuentado de la Ruta Costera del Atlántico, en el extremo de la península de Erris con sus abruptos acantilados y magníficas playas, el pequeño faro de Blacksod ha resistido algunas de las condiciones meteorológicas más turbulentas de Europa al tiempo que supera con creces todas las expectativas en cuanto a méritos históricos.

No muchos saben que el 3 de junio de 1944, el matrimonio de guardacostas del condado de Mayo que residía en Blacksod presentó un informe de previsión meteorológica por teléfono que convenció al general Dwight D. Eisenhower de que aplazara un día la invasión del Día D. Esto pudo evitar un desastre militar y cambiar el curso de la Segunda Guerra Mundial. El faro de Blacksod, de 150 años de antigüedad, es uno de los pocos en funcionamiento con vistas a un muelle en activo. Los recorridos privados en grupo solo se realizan fuera de temporada.

A pesar de su destacada aparición en Juego de Tronos, cuando la historia comienza con el macabro descubrimiento de los guardabosques en Invernalia, Tollymore nunca ha sido un lugar frecuentado. Quizá la idea de encontrarse con caminantes nocturnos o crías de lobos huargo ha evitado la llegada de multitudes, pero no dejes que eso te aleje de este magnífico parque forestal situado en las laderas septentrionales de las montañas de Mourne.

Con sus rarezas, grutas, arcos góticos, escalones de piedra y ríos vertiginosos, es un paraíso para el caminante. De hecho, el paisaje cautivó tanto al escritor C. S. Lewis que lo incluyó en su obra maestra, «Las crónicas de Narnia». Según el folclore local, la cabeza de piedra de un león a tamaño natural ubicada en el Paseo de las Azaleas del bosque fue el origen del personaje de Aslan.