Ocho parques increíbles que TIENES que ver
Phoenix Park, Dublín
1. Phoenix Park, Dublín
Phoenix Park fue creado en 1662 y lleva mucho tiempo albergando algunos de los eventos que más enorgullecen a Dublín e Irlanda. Gamos salvajes vagan por las 712 hectáreas de este parque, que es uno de los jardines urbanos amurallados más grandes de Europa, mientras que el zoo de Dublín, el castillo de Ashtown, Farmleigh House y Áras an Uachtaráin (la residencia presidencial) son algunas de las paradas más destacadas en cualquier ruta a pie o en bici por Phoenix Park.
Castillo de Castlewellan, condado de Down
2. Parque forestal de Castlewellan, condado de Down
Por la calma que se respira, el Parque forestal de Castlewellan es el sueño de cualquier adicto a las actividades al aire libre. La extensión de una milla del lago Castlewellan es suficiente para calmar la mente más vivaz y, si no fuera el caso, el laberinto de setos Peace Maze (uno de los mayores del mundo) sin duda te mantendrá ocupado. Sube en bici o paseando hasta la cima del Slievenaslat, donde serás recompensado con vistas panorámicas de las montañas de Mourne.
St Stephen's Green, Dublín
3. St Stephen's Green, Dublín
Hay algo especial en un rincón de vegetación en el centro de una ciudad animada. St Stephen’s Green se oculta en el centro de Dublín, a un paso de Grafton Street (una de las principales calles de la ciudad) y de numerosos monumentos. Adornado por un quiosco de música, un lago repleto de patos, el jardín de W. B. Yeats e infinidad de estatuas y bustos, es una belleza en miniatura que sirve de ejemplo del esplendor de Dublín.
Gougane Barra Forest Park, County Cork
4. Gougane Barra, condado de Cork
La historia del tranquilo Gougane Barra, un refugio para quienes huían de la persecución religiosa en el siglo XVII, se remonta al retiro monástico que San Finbarr construyó en una isla del lago en el siglo VI. El río Lee de Cork nace en las colinas de este parque de 137 hectáreas, que atrae a innumerables visitantes en busca de paseos por las colinas, rutas panorámicas y la joya del lugar: un oratorio del siglo XIX junto al agua.
Jardín Botánico de Belfast
5. Jardín Botánico, Belfast
Cuando pasees por este jardín, quítate el sombrero ante Sir Charles Lanyon, el arquitecto que diseñó el invernadero victoriano con su maravillosa ornamentación. Esta obra maestra de hierro forjado y con curvas delicadas alberga una variedad de plantas tropicales, aves del paraíso y cestas colgantes. Este maravilloso jardín también es famoso por el Tropical Ravine y su delicioso tesoro de árboles de la canela y bananeros.
Parque nacional de Killarney, condado de Kerry
6. Parque nacional de Killarney, condado de Kerry
Colinas cubiertas de vegetación frondosa, ciervos aquí y allá, cataratas espumosas; aceptémoslo, el Parque nacional de Killarney es lo que la mayoría de personas imaginan cuando sueñan con Irlanda. En él encontramos una auténtica belleza y joya de estilo Tudor, la Muckross House, así como una gran variedad de flora y fauna: desde nutrias y visones hasta cabras salvajes y ardillas rojas. Pero nada supera un majestuoso paseo en bicicleta, seguido de un tranquilo recorrido en barca por el desfiladero del Gap of Dunloe hasta el castillo de Ross...
Parque forestal de Tollymore, condado de Down
7. Parque forestal de Tollymore, condado de Down
El Parque forestal de Tollymore es familiar para los seguidores de Juego de Tronos® y lleva siglos atrayendo la atención. Los ornamentados puentes de piedra y el burbujeante río Shimna son un paisaje perfecto para los fotógrafos, mientras que el refugio de piedra Hermitage parece salido de un cuento de hadas. Los más osados pueden atreverse con la ruta de Drinns Trail y llegar al mirador de Curraghard, donde podrán contemplar vistas panorámicas de la zona norte de las Mourne y el mar de Irlanda.
Parque nacional de Glenveagh, condado de Donegal
8. Parque nacional de Glenveagh, condado de Donegal
Con una extensión de 170 km en una ladera con un bosque, un castillo y un lago de aguas cristalinas, Glenveagh es un ejemplo perfecto para otros parques. En los bosques de Donegal, podrás vislumbrar un águila dorada en pleno vuelo sobre el brezo ceniciento, la camarina negra y la molinia, al acecho de una sabrosa musaraña. Los jardines se construyeron en la década de 1880 para Cornelia Adair, esposa del primer propietario, John George Adair. De hecho, los arces de color púrpura y los pinos escoceses que podrás ver cuando pasees se plantaron cuando se construyeron los jardines.