Conoce a nuestros productores de alimentos artesanales
Todo el mundo conoce los productos estrella: la gloriosa pinta de Guinness, el paquete repleto de sabor de las patatas fritas Tayto y la deliciosa morcilla negra de Clonakilty. Pero Irlanda está bendecida con un montón de expertos y experimentadores culinarios de primera categoría que se superan para ofrecer productos gastronómicos excelentes en todas las categorías. ¡Estos son algunos de los héroes gastronómicos que deberías conocer en tu próximo viaje!
Woodcock Smokery, condado de Cork
Woodcock Smokery
En plena naturaleza de West Cork vive la leyenda de la gastronomía artesanal Sally Barnes, la artífice y el alma de Woodcock Smokery. Desde su idílico rincón rural, Barnes crea uno de los pescados ahumados de mayor calidad y más deseados del mercado. Durante 42 años, ha capturado y ahumado pescado salvaje, conservando y mejorando su calidad inigualable al utilizar únicamente métodos tradicionales, sal marina natural y humo de madera noble.
Sally, apasionada del patrimonio gastronómico cultural de Irlanda, es una autoridad en el mundo de la cocina a pequeña escala. Su ahumadero, situado en las colinas de West Cork, es un paraíso para los comidistas y los interesados en la conservación de esta práctica ancestral. A lo largo del año, desvela los secretos de su oficio de principio a fin en sus clases magistrales y dirige excursiones en búsqueda de alimentos por la zona, en las que se recoge de todo, desde cangrejos de mar hasta camarones grises y algas marinas de todos los colores. Esta es la cara más hermosa y abundante de la Irlanda salvaje.
Broighter Gold, condado de Londonderry
Broighter Gold
En el acogedor Limavady (condado de Londonderry), hogar de Richard y Leona Kane, los campos brillan resplandecientes cada año con la floración amarilla de la planta de colza. Este humilde pariente de la col ha transformado una granja familiar en la productora de un galardonado aceite de colza. Broighter Gold se suministra ahora a innumerables restaurantes, tiendas y hoteles. ¡Incluso la reina de Inglaterra lo ha probado!
Como miembro de la red «économusée», a través de la cual los artesanos abren sus talleres para compartir sus habilidades con el público, los Kane ofrecen una cálida bienvenida a los visitantes que deseen recorrer su granja. Un día cualquiera, podrás ver cómo se cosecha la colza, echar un vistazo a la sala de prensado o ver cómo se embotella este oro líquido. Por supuesto, nadie se va con las manos vacías y, con diez sabores de aceites para probar, seguro que encontrarás alguno que te guste.
Granja de truchas Goatsbridge, condado de Kilkenny
Piscifactoría de truchas Goatsbridge
Como puede confirmar cualquier pescador, las aguas interiores de esta verde isla están repletas de delicioso pescado. La piscifactoría de truchas Goatsbridge de Mag y Ger Kirwan aprovecha las aguas frescas del río Little Arrigle. Este negocio familiar de tercera generación en el condado de Kilkenny puede visitarse y ofrece una visión fascinante del ciclo de vida de la trucha arcoíris.
Según Mag, esta transparencia es importante para los valores de Goatsbridge. «Intentamos hacerlo todo con integridad y nos gusta recibir la visita de personas interesadas en saber de dónde viene lo que comen». Entra en el centro de visitantes para curiosear alrededor de los estanques o reserva una visita más amplia si quieres probar el caviar de trucha Goatsbridge y la trucha fresca, ahumada y a la parrilla tan apreciada por los mejores cocineros de Irlanda.
Carlingford Oyster Company, condado de Louth
Carlingford Oyster Company
La historia cuenta que una mañana neblinosa Peter Louët Feisser llegó navegando a Carlingford Lough con una embarcación de madera que él mismo construyó, acompañado solo por su esposa Anna y dos pollos. Lo que vio le gustó tanto que se estableció a orillas de la ensenada y emprendió su pasión: cultivar ostras de la mejor calidad.
Ahora, la segunda generación de Louët Feissers continúa la tradición familiar con los hijos de Peter, Kian y Charm, que dirigen la galardonada Carlingford Oyster Company. Cultivadas en la confluencia de Carlingford Lough con el mar de Irlanda, estas delicias ricas en nutrientes tardan tres años en alcanzar su plenitud. Durante ese tiempo, filtran miles de litros de agua dulce de las montañas circundantes y desarrollan su característico sabor dulce y ligeramente almendrado. Comida pura, virgen y natural, cultivada con amor. Simplemente no hay nada mejor.
Queso de cabra de St Tola, condado de Clare
Puede que pienses que conoces el queso de cabra: cremoso, fresco y perfecto en una ensalada de verano. Pero el queso de cabra de St Tola, procedente del corazón del disperso y espectacular Geoparque Global de la UNESCO del Burren, tiene un sabor totalmente distinto. Sus quesos blandos originales, su rulo enrollado en ceniza y su queso duro ahumado y fuerte tienen sus propios seguidores de culto y una lista de premios internacionales.
Al igual que Broighter Gold, St Tola forma parte de la red économusée, y el rebaño criado en la granja sostenible de la familia Ni Ghairbhith está muy acostumbrado a los visitantes. Tiene su encanto saber que cada una de las cabras que te encuentras, las inquisitivas cabras nodrizas y los cabritillos que te acarician la mano con el hocico y te saludan con balidos, son los mismos animales que producen el delicioso alimento que vas a probar antes de irte.
Walsh's Bakehouse, condado de Waterford
Walsh’s Bakehouse
Es difícil encontrar un colectivo más orgulloso que el de los habitantes del condado de Waterford, y hay pocas cosas que les importen más que los «blaa». Estos panecillos de harina blanca, suaves, malteados y que se derriten en la boca, son el alimento básico del sudeste y han recibido el rango de Indicación Geográfica Protegida por la Comisión Europea; así que, si no está hecho en Waterford, ¡sencillamente no es un «blaa»!
La experta familia Walsh lleva horneando el apreciado pan (junto con muchos otros exquisitos productos) en Walsh's Bakehouse desde 1921 y, hasta la fecha, se reparten por toda la isla. Solo en Waterford, cada día se consumen unos 12.000 «blaas», lo que significa que aproximadamente una de cada cuatro personas de la ciudad disfruta de uno repleto de beicon crujiente y salchichas, untado con mantequilla y relleno de queso salado y encurtidos, o bien con huevos benedictinos. ¡Delicioso!
Wilde Irish Chocolate, condado de Clare
Wilde Irish Chocolates
A pocos minutos de la orilla de Lough Derg se encuentra Wilde Irish Chocolates. Tras empezar en la mesa de su cocina en una diminuta casa de campo en el norte del condado de Clare, Patricia Farrell lleva más de 20 años perfeccionando las técnicas artesanales de Wilde, así como sus muchas exquisiteces. Utilizando chocolate de origen sostenible, envases compostables y biodegradables, y asociándose con proveedores locales siempre que sea posible, Farrell se compromete a poner sonrisas chocolateadas en los rostros por todo el mundo, al tiempo que es respetuosa con el medioambiente.
Hoy en día, el equipo Wilde cuenta con una gama de más de 80 barritas de chocolate, porciones, productos para untar, barritas de chocolate caliente y mucho más. ¿Y sabes qué es lo mejor? ¡Puedes hacer una visita, recorrer la fábrica, disfrutar de una sesión de degustación guiada por expertos e incluso crear tu propia chocolatina! Créenos: el mismísimo Willy Wonka no podría competir con esta experiencia.
Broughgammon Farm, condado de Antrim
Granja Broughgammon
La carne de cabra no es tan común en Irlanda como el queso de cabra, pero la familia de la granja Broughgammon en Ballycastle (condado de Antrim), está intentando cambiar este hecho y desarrollar fuentes sostenibles de alimento a partir de los subproductos de la industria láctea. «Aprovechamos todos los productos del animal y tratamos de reconectar a la gente con la cadena alimenticia», señala Charlie Cole, que cría cabritos y becerros, además de vender carne de caza local.
Prueba los deliciosos tacos de cabrito en el St George's Market en Belfast, reserva una visita économusée (sí, otra más) de su granja sostenible y carnicería artesana, que está muy cerca de la escarpada Ruta Costera de la Calzada en Irlanda del Norte, o apúntate a una clase de carnicería práctica con Charlie o su madre, Milly.