Nuestro pequeño poni
En una pequeña exposición en la planta baja del Museo Station House de Clifden, se cuenta la historia del poni autóctono de Connemara. La exposición incluye un cortometraje que se proyecta junto a un carro lleno de turba: las escenas parecen extrañamente familiares pero, a la vez, curiosamente distantes.
Los paisajes podrían corresponder a Connemara en la actualidad, pero las personas son definitivamente del pasado. Jóvenes con jerséis gruesos montan en ponis sin silla entre las olas. Un criador lleva un bote a remo hasta una isla de yeguas, con su semental, Island Night, que le sigue a nado.
Manada de jóvenes sementales de poni de Connemara, condado de Galway
Hay pocos ponis en Connemara que sigan tirando de carros de turba como solían hacer, y aún menos criadores que lleven sus sementales a nado hasta harenes de yeguas. No hace tanto que el poni de Connemara, de paso seguro y gran corazón, estuvo a punto de desaparecer de su paisaje autóctono. Una criadora local recuerda que estuvieron a punto de perder una parte de su esencia.
Cuenta que su fuerte recuperación es la manera que han tenido los lugareños de agradecer al poni la ayuda que siempre les ha prestado.
Retrato de un bonito y saludable caballo de Connemara, condado de Galway
Una ruta es una forma de disfrutar del encanto dócil del poni. Otra es visitar las habituales ventas de ponis de Connemara en Clifden, donde podrás sentarte a observar la astucia y maestría de los experimentados comerciantes de caballos. «Nos llegan compradores de lugares tan lejanos como San Francisco y Tokio», comenta John Riordan de Lishmar Connemara Ponies. «Es por el carácter de los ponis; son muy afables y versátiles».
Clifden, un pueblo conocido como la «capital de Connemara», acoge durante una semana el Festival del Poni de Connemara, que culmina con la famosa Exhibición de ponis de Connemara, el mayor escaparate de ponis de Connemara en el mundo. Los ponis exhiben orgullosos su destreza superando pruebas y competiciones, bajo la atenta mirada de los experimentados jueces.
¿Ponis de origen vikingo?Pero ¿cómo llegaron a Irlanda estos dóciles, bonachones y fuertes animales? Se suele discutir acerca de la historia del poni, pero una de las versiones cuenta que cuando se hundió la Armada española frente a las costas occidentales de Irlanda en 1588, sus caballos nadaron hasta la costa y se cruzaron con los ponis autóctonos que corrían libres por las montañas.
Otra afirma que sus orígenes se remontan a la época vikinga. Pero una cosa es segura: el éxito del poni radica en su habilidad para adaptarse y sobrevivir en un entorno salvaje y escarpado como el de Irlanda occidental.
Como dice John Riordan: «Son una raza de poni muy especial».