Mujeres que hicieron historia
Castillo de Huntington, condado de Carlow
Nora Parsons tenía solo 16 años en 1903, cuando disparó al cocodrilo indio cuya cabeza adorna las paredes del castillo de Huntington, del siglo XVII, en el condado de Carlow. Para no ser menos, Olive, la hija de Nora, creó su propia religión en la década de 1970 y, de hecho, el templo de Isis, en el sótano del castillo, actualmente sigue rindiendo homenaje a la Divinidad femenina. Sin duda, la primera dama del castillo de Huntington, Ailish O'Flaherty, una mujer de espíritu libre y nieta de la célebre reina pirata Grace O'Malley, estaría orgullosa de sus descendientes.
Iglesia de Santa Brígida, condado de Kildare ©Shutterstock
El carácter abnegado de Santa Brígida, que debe su nombre a la diosa pagana del fuego, nutrió a la tierra y a los vivos. Tras ser liberada de la esclavitud por el rey de Leinster, pidió al monarca que le cediera unas tierras en el condado de Kildare para construir un convento. Mostrando su pequeña capa, suplicó que le concediera toda la tierra que la tela pudiera cubrir. Riéndose ante su humilde petición, el rey le concedió el deseo y observó sobrecogido como Brígida y sus seguidores extendían la capa y cubrían numerosas hectáreas de tierras fértiles de Kildare, donde se encuentra la ciudad homónima en la actualidad.
La dama Alice Kyteler nació en el seno de una familia noble en la ciudad de Kilkenny y se casó con cuatro hombres poderosos, todos ellos fallecidos de manera prematura. Alice regentaba una popular pensión, donde cautivaba a todos con su belleza y encanto. A medida que su fortuna como viuda aumentó, los rumores sobre sacrificios de animales, magia negra y adoración demoníaca se acrecentaron hasta que sus hijos la acusaron de herejía y asesinato. Sentenciada a muerte por sus crímenes, Alice escapó a Gran Bretaña y nunca se la volvió a ver. Su pobre doncella, Petronella, fue torturada y luego quemada en la hoguera por los crímenes de su señora.
Carlingford Lough, condado de Louth
Cavada por los lugareños en medio de un paraje natural a las afueras del pueblo de Omeath, en el condado de Louth, encontrarás la tumba de Cauthleen, una bella mujer española de más de dos metros de altura que se casó con Lorcan O’Hanlon, el hijo menor del difunto cacique de Omeath. Engañada por las promesas de riqueza de su esposo, regresó con él a Irlanda, donde descubrió la pobre propiedad que su marido poseía. Murió en el acto a causa del dolor y el arrepentimiento al ser consciente de la vida que había dejado atrás, y su esposo, histérico, se lanzó a las aguas de Carlingford Lough.
El encaje de Carrickmacross data de la década de 1820, cuando la señora Grey Porter regresó de su luna de miel a Donaghmoyne, en el condado de Monaghan, con un hermoso encaje italiano. Junto con su doncella, desarrollaron el diseño único y organizaron cursos de elaboración de encaje para proporcionar empleo a mujeres jóvenes. En la actualidad, es una parte esencial del tejido que conforman los distintos tipos de artesanía irlandesa, pues, a lo largo de los años, entre sus famosas clientas se encuentran la reina Victoria y la princesa Diana, que lució este encaje en su icónico vestido de novia.