Sunday Bingo en The George

En su escapada urbana, la pareja de turistas españolas han venido a ver el espectáculo drag con más tiempo en cartel de Irlanda: Bingo. Me han comentado que en su ciudad natal no hay nada parecido. Está claro que disfrutan explorando un lugar que puede ofrecer un bar gay para todo tipo de gustos, desde la apacible tranquilidad de Penny Lane hasta la intensa hilaridad de Pantibar, pasando por la alegre clientela y decoración excéntrica de Street 66 o un establecimiento sin alcohol como Outhouse café.

Aunque entre el público de esta noche hay varios turistas, Sunday Bingo también atrae a muchos espectadores asiduos que adoran terminar la semana con un toque de auténtico sinsentido dublinés. Durante el espectáculo, hice amistad con un grupo de irlandeses y brasileños que me comentaron que «si eres gay y vives en Dublín, un domingo por la noche solo hay un sitio donde ir… ¡Es nuestra gente, es un espectáculo de primera y es gratis!».

Este espectáculo tiene todos los elementos de un drag show de primera categoría (y ahora que RuPaul es un nombre conocido, todos somo aficionados). Tiene el deslumbrante tocado esmeralda de Davina Devine mientras canta en playback temas como «Diamonds are Forever (AND a girl’s best friend)» y «Material Girl».

Cuenta con un eolífono que suena mientras Veda Beaux Reves, reina del glam rock, canta a viva voz «Spanish Train», la poderosa balada de Chris de Burgh sobre una partida de ajedrez entre Dios y el diablo (una partida de alto riesgo dado que, como dice la canción, «hay muchas almas en juego»).

También están los temas clásicos del espectáculo, como el «Everything’s Coming Up Roses» de Ethel Merman, interpretado con el corazón tenaz y el alma tatuada de la veterana drag queen Dolly (apodada la presentadora del festival anual de Eurovisión en The George), que ese fin de semana celebró una gran fiesta de cumpleaños.

La encargada de dar sentido a la función es la antigua estrella infantil de Sunday Bingo: la única e inigualable Shirley Temple Bar, que lleva presentando este fenómeno dublinés desde finales de los 90 y que es recibida con gritos y chillidos en cuanto aparece en el escenario.

Está claro que Shirley es muy conocida en Irlanda, ya que también trabajó en la cadena nacional RTE durante cuatro años como presentadora de Telly Bingo, un papel que su alter ego Declan Buckley sigue desempeñando tres veces a la semana.

Shirley comenzó su extraordinaria carrera profesional cantando bolas de bingo en The George en 1997, no mucho después de ganar el muy reñido concurso de Miss Irlanda Alternativa. Se trata del concurso de belleza anual más queer, también denominado Navidad Gay, y se lleva celebrando 25 fabulosos años a fin de recaudar fondos para organizaciones irlandesas que ayudan a personas con VIH/SIDA, y ese año Shirley Temple Bar robó el corazón de los jueces con sus ocurrencias y su encanto irresponsable de colegiala irlandesa.

Como ella misma afirma, puede que desde entonces haya envejecido, pero nunca ha madurado. Sus bromas animan el ambiente mientras mantiene al público atento a sus cartones de bingo («no paséis de página, no es un libro infantil») y canta las bolas en varios idiomas, incluido el irlandés («número nueve, naoi, ¡parece un relincho de caballo!»). Hay momentos en los que el bingo se vuelve curiosamente silencioso; está claro que la gente se toma muy en serio las divertidas noches de los domingos.

«Las drag queen irlandesas no tienen nada que envidiar a las del resto del mundo», me dice un espectador habitual. «Pueden cantar en playback y se ven estupendas, pero también tienen personalidad y se sabe quiénes son. Cualquiera puede cantar en playback, pero Shirley lo hace como nadie».

El auténtico acento dublinés de Shirley (33 se convierte en «todos los treses») deja bien claro en qué ciudad estamos, pero el público de esta noche es tan cosmopolita como el personal del bar. Detrás de la barra, unos guapos camareros brasileños se contonean con sus camisetas de personal anudadas para exhibir su perfecto abdomen.

La ganadora del gran premio de esta noche es «Isabella from e-Spain» (como Shirley la ha bautizado), que ha venido con sus amigos después del trabajo y aún lleva puesto el uniforme. Isabella ha hecho frente a la feroz competencia de Mateo y Hector, pero ha salido victoriosa y ha ganado 600€ en billetes de veinte. Todas las drag queen le entregan el dinero a bombo y platillo mientras hacen una especie de baile de regazo.

El espectáculo termina con el grupo interpretando apasionadamente el tema «I’m a Woman». Entonces Shirley expresa su amor por su elenco de drag queens, incluida la elegante y patilarga Victoria Secret («el equivalente irlandés a Cate Blanchett»).

Al ver el gran final con mis amigas, nos sorprendió lo refinado que se ha vuelto este espectáculo de culto desde la primera vez que venimos después de trabajar como camareros en un almuerzo de domingo.

«No cabe duda de que por aquel entonces parecía mucho más provocador», observa mi amiga Moninne, «y un poco más secreto». Después de todo, la homosexualidad no se despenalizó en Irlanda hasta 1993. «Era un lugar muy inusual, mientras que ahora los espectáculos drag están mucho más generalizados. En los drag brunches de Dublín, así como en otros eventos drag, puedes encontrar mucha gente no LGBT disfrutando de la alegría y la picardía de las drag».

Desde nuestros días atendiendo mesas, Moninne se ha convertido en directora de la campaña de matrimonio igualitario en Irlanda, que culminó con el exitoso referéndum del 22 de mayo de 2015, cuando una gran mayoría de los irlandeses votaron a favor de legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo en la República de Irlanda. Ahora es CEO de Belong To, que ofrece apoyo y consejo a jóvenes de la comunidad LGBTQ+.

¿Está de acuerdo con las chicas españolas cuando afirman que Dublín ahora es una ciudad muy acogedora para la comunidad LGBT? «Dublin es mucho más inclusiva y acogedora para la comunidad homosexual. Además, gozamos de una reputación excelente en el extranjero. Contamos con matrimonio igualitario y una de las legislaciones más progresivas en cuando a reconocimiento de género de Europa».

«Sé que actualmente muchos miembros de la comunidad LGBT se mudan aquí porque la situación se ha vuelto hostil en otros lugares. Si bien no estamos exentos de esa conducta, la gran mayoría de los irlandeses apoyan e incluso celebran la identidad LGBT».

Cita el ejemplo del desfile anual del Orgullo de Dublín, que se celebra cada junio y se ha convertido en una inmensa fiesta callejera. «El desfile está muy orientado a las familias y muchísima gente viene a la ciudad con sus hijos y sus banderas arcoíris. Es como otro Día de San Patricio».

Sin embargo, esta noche la mejor fiesta de la ciudad se celebra justo aquí, en The George, al igual que cada noche de domingo. Solo tienes que asegurarte de llegar pronto para ocupar los asientos junto al escenario.