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1. La familia Rice
Cobh no parece un lugar triste. Pero este hermoso pueblo del condado de Cork en el que el viento procedente del océano Atlántico recorre las calles flanqueadas por casas coloridas, tiene muchas historias trágicas que contar. En el siglo XIX, Cobh fue uno de los principales puertos de salida de transatlánticos de la isla. Por aquí pasaron alrededor de 2,5 millones de viajeros en busca de una nueva vida en los Estados Unidos. También fue el último puerto de escala del Titanic el 11 de abril de 1912.
Visita la Titanic Experience Cobh y descubrirás innumerables relatos de tragedias personales, pero ninguno tan conmovedor como el de la familia Rice. Margaret Rice, de 39 años y oriunda del condado de Westmeath, viajaba de vuelta a América después de haber regresado a Irlanda tras la muerte de su marido unos años antes. La acompañaban sus cinco hijos, de edades comprendidas entre los diez y los dos años. Toda la familia, que viajaba en tercera clase, murió esa fatídica noche. Algunos testigos cuentan que vieron a Margaret en cubierta con sus cuatro hijos mayores aferrados a su falda.
Cobh, condado de Cork
2. Los catorce de Addergoole
Nunca podremos conocer realmente las esperanzas y sueños de quienes navegaron en el Titanic. Muchos compraron su billete con la esperanza de iniciar una vida nueva y mejor, mientras que otros eran emigrantes que regresaban a América para continuar sus nuevas vidas allí. Sin embargo, es fácil imaginar la emoción agridulce que embargaba a 14 pasajeros de un pequeño pueblo del condado de Mayo cuando embarcaron. Uno de ellos, Annie Kate Kelly, escribió a su primo antes de zarpar: “Viajo a América en el barco más maravilloso del mundo, y lo hago con algunas de las personas más maravillosas del mundo. ¿No es estupendo?”.
Su primo recibió la carta el día en que el mundo se enteró del hundimiento del Titanic, pero por suerte Annie y dos de sus compañeros sobrevivieron. Annie consiguió una plaza en un bote salvavidas cuando una joven recién casada cedió su lugar para quedarse con su marido en el barco. Las historias de los catorce de Addergoole se explican en “The Addergoole Titanic Stories”, mientras que el Addergoole Titanic Memorial Park honra la memoria de quienes perecieron.
Belfast
Titanic Belfast
3. Tommy Millar y los dos peniques
Las conexiones personales con el Titanic desaparecen con el paso del tiempo, pero para Susan Millar, que dirigeTitanic Tours Belfast, los vínculos siguen siendo muy fuertes. Millar es descendiente directa de Tommy Millar, empleado en la tienda de motores de los astilleros del Titanic, Harland & Wolff. Con la esperanza de iniciar una nueva vida en América junto a su esposa Jeannie y sus dos hijos, Millar estudió ingeniería. Jeannie falleció en 1912 pero Tommy siguió con su plan de emigrar y se unió a la White Star Line como ingeniero de cubierta a bordo del Titanic.
El día en que el Titanic zarpó desde Belfast, Tommy se despidió de sus dos hijos, les dio dos peniques a cada uno y les pidió que no se los gastaran hasta que volvieran a verle. Tommy murió en el desastre, pero su hijo pequeño, Ruddick, nunca se gastó su parte, que ahora es propiedad de Susie Millar. Haz un recorrido con Susie y podrás conocer mejor estas increíbles historias personales sobre Tommy, el Titanic y su relación con una ciudad que en su día fue una de las más importantes de la industria astillera en el mundo, Belfast.
Condado de Galway
La estación Marconi
4. La estación Marconi
Nacido en una familia noble italiana en 1874, Guglielmo Marconi se convirtió en experto en transmisión de radio a larga distancia y recibió el Premio Nobel de Física en 1909. Uno de los innovadores logros de Marconi fue el desarrollo de las transmisiones transatlánticas, que dieron lugar a un servicio regular de radiotelegrafía entre Clifden (Irlanda) y la bahía de Glace (Nueva Escocia). Pero lo que realmente le dio fama y atención fue el papel que desempeñó en el desastre del Titanic.
Dos de los operadores de radio de Marconi estaban a bordo esa noche, y muchos han atribuido la gravedad del desastre a los problemas con el equipo de comunicaciones. En las semanas posteriores al hundimiento, el New York Times escribió: “Se perdieron mil seiscientas vidas que podrían haberse salvado si la comunicación inalámbrica hubiera funcionado como debía”. Los restos de la estación de Marconi se encuentran en Connemara, en el condado de Galway, y existen planes para reconstruir la instalación y convertirla en una importante atracción turística.
Rayanne House, condado de Antrim
Cena al estilo Titanic
5. La última cena del Titanic
Parece casi increíble que se conserve el menú de la última cena del Titanic, pero así es. Abraham Lincoln Salomon, que falleció en 1959, se llevó una copia al subirse a un bote salvavidas con tan solo cinco pasajeros y siete tripulantes. Salomon habría estado entre los asistentes que habrían disfrutado de la cena servida a los pasajeros de primera clase en el comedor de estilo jacobino. El menú incluía diez lujosos platos que incluían desde aperitivos con ostras hasta pato asado y salsa de manzana. Hoy en día, en Rayanne House, a las afueras de Belfast, quienes deseen disfrutar del sabor del Titanic pueden degustar el Titanic Menu, una recreación del delicioso menú del “Barco de los sueños”.