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Los vikingos
En el muro de la catedral de la Iglesia de Irlanda en Armagh yacen los huesos del héroe irlandés Brian Boru, que venció a los vikingos y liberó Irlanda en la histórica batalla de Clontarf en 1014. ¡Salve Brian, Irlanda y San Patricio!
Bueno, no. Brian era demasiado viejo para luchar; murió en su tienda después de la batalla. «Y la batalla de Clontarf no tuvo nada que ver con la liberación de Irlanda», afirma Jack Burtchaell, historiador y guía turístico de Waterford. «Fue una guerra territorial por el comercio. Brian Boru fue retratado como nacionalista en el siglo XIX, pero todo es una tontería, ya que había nórdicos [vikingos] luchando en su bando».
La historia vikinga de Irlanda es un descubrimiento reciente. Hace unos 25 años, la Dublin Corporation encargó una sede en Wood Quay, una de las zonas más antiguas de la capital. Durante la construcción, las excavadoras desenterraron grandes cantidades de reliquias vikingas, que ahora se encuentran en el Museo Nacional de Dublín y en el Museo Vikingo de Dublinia, en pleno corazón del casco antiguo.
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Iglesia de San Patricio, condado de Armagh
Este impresionante descubrimiento reescribió la historia, según Neil Hegarty, autor de «The Story of Ireland», que colaboró con la serie de Fergal Keane para la BBC y la cadena de televisión nacional de la República de Irlanda, RTÉ: «La historia de los vikingos se desconocía casi por completo, pero de pronto pudimos ver cómo vivían, qué comían, qué fabricaban y con qué comerciaban».
Lejos de arrasar sin piedad, parece que los nórdicos eran colonos por vocación. La década del 830 fue testigo de sus primeros ataques contra Irlanda, y en el año 835 atacaron el monasterio de Clonmacnoise. «Eso es lo que les hizo tan aterradores», comenta Hegarty. Apenas seis años después, en el otoño de 841, los vikingos sacaron sus embarcaciones de Lough Neagh, lo que indicaba su decisión de quedarse.
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Experiencia Rey de los Vikingos, Waterford
«Los vikingos moldearon la Irlanda actual», afirma Hegarty. «Aquí no había ciudades, pero Limerick, Cork, Waterford, Wexford, Youghal, Arklow y Wicklow tienen orígenes vikingos». Los nombres de estos lugares recuerdan sus raíces nórdicas: Strangford, Carlingford, Wexford y Waterford son adaptaciones de «fjord».
Hegarty está de acuerdo, «Ey también revela raíces vikingas, porque significa “rodeado de agua”, como Dalkey y Ireland's Eye».
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Museo Vikingo de Dublinia, Dublín
En tan solo una generación los saqueadores se habían establecido. «Los tesoros de Wood Quay son un ejemplo de la influencia que la estética escandinava ejerció en el diseño irlandés. Los vikingos fabricaban joyas, elaboraban vidrio y acuñaban monedas. Eran civilizados, no meros matones», cuenta Hegarty.
Burtchaell coincide: «Influyeron en el diseño, la navegación y la construcción naval. Además, introdujeron a Irlanda en una red comercial que se extendía de Islandia a Turquía y el Báltico». Incluso es injusta su reputación de recurrir a una violencia excesiva. La mayoría de los registros fueron escritos o conservados por monjes, por lo que es lógico que reflejen una visión sesgada.
«Es cierto que los vikingos atacaron monasterios», afirma Burtchaell, «pero no fueron peores que los nativos en cuanto a saqueos sanguinarios».