Ciudad de Armagh: las mejores experiencias
Catedrales de Armagh
Cuando te acerques a Armagh, enseguida distinguirás sus monumentos más característicos. Dos imponentes catedrales se miran desde colinas enfrentadas, cada una a un lado del valle y ambas dedicadas a San Patricio.
La catedral de San Patricio de la Iglesia de Irlanda lleva siglos contemplando la ciudad. Construida en la colina conocida como Ard Macha, de donde Armagh recibe su nombre, aquí es donde se dice que San Patricio construyó su primera iglesia en el año 445 d. C. También es el lugar donde supuestamente está enterrado Brian Boru, uno de los antiguos grandes reyes de Irlanda.
Al otro lado de la ciudad, los pálidos muros de piedra caliza de la catedral de San Patricio de la Iglesia Católica Romana se alzan sobre la otra colina. Sube los siete pisos de escaleras para admirar las estatuas y figuras que rodean la entrada principal de este magnífico edificio.
Planetario de Armagh
Conoce de cerca un objeto interestelar: en el Planetario de Armagh encontrarás el meteorito más grande de Irlanda. Se calcula que esta roca espacial, que pesa unos 152 kg, tiene alrededor de 4.500 millones de años. De manera extraordinaria, incluso se te permite tocarlo. Pon tu mano sobre su superficie lisa y literalmente podrás pedirle un deseo a las estrellas.
El Planetario también ofrece increíbles espectáculos de luz que iluminan el cielo nocturno, así como talleres de construcción de cohetes para niños y exposiciones interactivas sobre viajes espaciales, satélites y globos cósmicos...
Biblioteca Robinson de Armagh
Con una historia que abarca siglos, no es de extrañar que Armagh haya coleccionado toda una variedad de joyas que ahora se exhiben orgullosamente en la ciudad. Empieza tu recorrido cultural en el Museo del Condado de Armagh. El colorido cuadro al óleo de James Black, City of Armagh, pintado en 1810, permite que nos hagamos una idea de cómo fue la ciudad en su día, con su laberinto de calles integrándose a la perfección en la campiña circundante. También tiene una impresionante colección de artefactos históricos. En la zona se han desenterrado brazaletes vikingos, antiguos instrumentos para tejer y «mantequilla de turbera» (mantequilla almacenada bajo tierra para mantenerla fresca).
Después, pon rumbo al Museo de los Fusileros Reales de Irlanda, que alberga una colección con dos prestigiosas medallas Cruz Victoria, concedidas por la Corona británica por actos de valor. Finalmente, visita la Biblioteca pública de Armagh: es una delicia explorar el edificio, con paredes repletas de libros. Pero la joya de la corona es una copia de la primera edición de Los viajes de Gulliver, de Jonathan Swift, incluso con sus propias notas manuscritas. ¡Magnífico!
The Mall, Armagh
Mantén los ojos abiertos: esparcidos por la ciudad, escondidos en las esquinas y agarrados de las bajantes, Armagh acoge a algunos curiosos huéspedes. Ángeles guardianes, gárgolas y otras bestias macabras se esconden en los rincones perdidos de la ciudad, esperando a que los encuentres.
Creadas por el artista Holger Christian Lönze, las variadas figuras son una oda al pasado sagrado de la ciudad, cada una con su propio carácter y lugar en el paisaje urbano de Armagh. Pide un folleto en la oficina de turismo de la ciudad y comprueba si eres capaz de localizar las 22 figuras misteriosas que merodean por la ciudad.
5. Baila a tu propio ritmoLa música es una parte importantísima de la vida en Armagh y cada agosto la ciudad se convierte en una explosión musical con la Charles Wood Summer School, que organiza una variedad de conciertos a la hora de la comida y por la noche. En las iglesias de la ciudad se organizan clases y talleres con cantantes y organistas, y en toda Armagh resuena preciosa música coral, de colina a colina. La ciudad también celebra el Festival Internacional de la Canción Tommy Makem, dedicado a la música folk y tradicional de todo el mundo.
En marzo, Armagh acoge el Festival Home of St Patrick dedicado a San Patricio, con demostraciones de percusión y conciertos espirituales que se convierten en el centro de la atención de toda una ciudad, mientras recuerda al santo patrón de Irlanda. Y a lo largo de todo el año, la música de los festivales de bandas de metales y gaitas animan las calles de esta pequeña ciudad llena de diversión.