Relájate en la Irlanda sostenible
Viajar despacio consiste en olvidarte de la lista de cosas que hacer, sumergirte en tu destino, empaparte de la cultura local y establecer una conexión realmente significativa con la gente y el lugar que visitas. Aquí tienes siete maneras de tomártelo con calma en Irlanda para disfrutar del viaje y las personas que conocerás por el camino, así como del destino...
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Navega por los lagos de Fermanagh
Sus aguas cristalinas, sus misteriosas islas con estatuas antiguas y un ritmo de vida que te obliga a ir lento harán que no puedas resistirte a viajar despacio en la región de los lagos de Fermanagh. ¿Cuál es la mejor forma de explorarlos? Haz algo diferente y navega en una barcaza, una piragua o un crucero. Navegar es una forma de vida que se complementa con almuerzos relajados en cafeterías frente al agua y pausas para recorrer en bicicleta la campiña.
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Recorre a pie las Mourne
Las montañas de Mourne son un área de destacada belleza natural en el condado de Down y sus picos envueltos en niebla harán que te lo tomes todo con calma. Alójate en un refugio como Birch Cottage y pasa los días disfrutando de pícnics junto a lagos y recorriendo sin prisa laderas cubiertas de brezo. O puedes unirte al aventurero local Peter con Walk The Mournes y hacer senderismo a lo largo del muro de Mourne.
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Disfruta de la tranquilidad del Delphi Resort, Connemara
El Delphi Resort es perfecto para realizar una escapada. Enclavado en las laderas de la montaña Mweelrea, entre los muros de piedra y las orquídeas silvestres que salpican el paisaje de Connemara, este complejo es sinónimo de relajación y de tomarse las cosas con más calma. Tómate tu tiempo para recorrer en bicicleta los sinuosos caminos rurales o navega en kayak por las tranquilas aguas del fiordo de Killary. Una auténtica gozada.
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Escápate a Mulranny, condado de Mayo
Mulranny es un tesoro oculto en la Ruta Costera del Atlántico y ha sido elegido “Mejor destino para turismo responsable de Irlanda” en los premios de Turismo responsable de Irlanda, y por buenas razones: puedes montar a caballo por bellas playas vírgenes, pasear por los paisajes montañosos del oeste de Mayo o recoger y degustar las algas locales. ¿Por qué no visitas un pub o un restaurante y descubres qué lugares de la zona les encanta explorar a sus habitantes?
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Estira las piernas en Sheep's Head
En la costa suroeste de Irlanda se encuentran el condado de Cork y la península de Sheep’s Head, una de las extensiones de tierra más silvestres y bellas de toda la isla. Menos de 1.000 personas tienen la suerte de vivir aquí, pero cualquiera puede visitar este lugar. Establece tu base en el encantador pueblo de Durrus y camina por los senderos cubiertos de retama de la ruta de Sheep’s Head, donde disfrutarás de una intensa sensación de paz. Estate atento para ver ballenas y delfines, y haz una parada en Ahakista para almorzar y charlar en The Tin Pub.
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Maravíllate con la Madre Naturaleza en el Burren
No se puede negar que el paisaje formado por capas de piedra caliza del Parque nacional del Burren, en el condado de Clare, no se parece a ningún otro lugar del planeta. Incluso recorrerlo en coche es una experiencia, ¡pero bien merece que te detengas para deleitarte con toda su belleza! Esta Zona Especial de Conservación de la UE se caracteriza por la abundancia de delicias silvestres. De hecho, el 70% de las especies de plantas autóctonas de Irlanda florecen aquí. No te vayas sin visitar la Burren Perfumery, donde la familia Chowen embotella los aromas de Irlanda y comparte sus secretos hortícolas desde 1972.
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Respira profundo en el valle de Boyne
Con lugares tan emblemáticos como Newgrange, la colina de Tara o el castillo de Trim, el valle de Boyne desempeña un papel tan importante en gran parte de la historia, los mitos y las leyendas de Irlanda que visitarlo con prisa sería un desperdicio. Haz que se te acelere el pulso en Boyne Valley Activities o disfruta de una estancia en Decoy Country Cottages y tómate tu tiempo para perderte en 5.000 años de historia escuchando un relato tras otro. Con tantas historias y las vistas a tu alrededor, es posible que no quieras marcharte nunca.