Ciudad de Waterford

Visita los muelles de la ciudad de Waterford, respira el aire salado y no tardarás mucho en imaginar el bullicio de los barcos cargando y descargando en el siglo XVIII. El comercio con Terranova atrajo a comerciantes acomodados que se asentaron aquí a finales del siglo XVIII convirtiendo la ciudad en uno de los grandes puertos de Irlanda y marcando el inicio del auge de la construcción. Da un paseo por el centro de Waterford y verás muchas obras arquitectónicas hermosas que datan de esa época. Pero para conocer bien la ciudad tendrás que remontarte hasta el 914, año en que los vikingos la fundaron.

Los vikingos reconocían las cosas buenas nada más verlas: una bahía resguardada, una ubicación estratégica en el río Suir y un buen lugar para el comercio son características que atrajeron a este sitio a los saqueadores nórdicos para crear la primera ciudad de Irlanda. Y 1100 años después, continúa en pleno apogeo.

Aunque parezca increíble, al explorar Waterford hoy en día AÚN podrás sentir la presencia de los vikingos. La Torre de Reginald, el monumento emblemático de la ciudad, se encuentra en el corazón de una zona conocida como el Triángulo vikingo, y lleva más de 800 años de uso ininterrumpido. Accede al interior de sus gruesos muros de piedra y disfruta de una exposición sobre el Waterford vikingo, así como del magnífico broche con forma de cometa del siglo XII.

La ciudad parece envuelta en capas de historia, cada una diferente y fascinante. Adéntrate en el excelente Museo Medieval y podrás ver los paramentos de tela de oro del siglo XV, o como Yeats diría: «las resplandecientes telas bordadas del cielo», y la Gran Carta Rollo del año 1372. El Palacio del obispo, situado en el hermoso centro comercial georgiano, muestra la riqueza, la belleza y las maravillas arquitectónicas de una vivienda urbana del siglo XVIII.

Sin duda, desde el punto de vista histórico, Waterford ofrece un gran atractivo, pero también es un lugar con una rica vida cultural que incluye desde un calendario repleto de festivales hasta magníficos pubs y restaurantes locales como Momo, The Gingerman y Berfranks. Disfruta del excepcional cristal tallado en la House of Waterford Crystal; saborea un “blaa” (un panecillo especial exclusivo de la ciudad) en el Granary Café o visita el fantástico mercado gastronómico en Merchant’s Quay.

Explora más allá de la ciudad y descubrirás algunos de los paisajes costeros más bellos de la isla de Irlanda. Visita el majestuoso Geoparque de la Costa del Cobre para descubrir sus acantilados, bahías y calas de arena; haz una excursión al pueblo pesquero superpintoresco de Dunmore East; o dirígete al interior hasta el pequeño pueblo de New Ross para subir a bordo del barco de la hambruna de Dunbrody y viajar al pasado.